Phillip Pullella
Agencia Reuters
CIUDAD DEL VATICANO.- Cinco cardenales han exigido al Papa Francisco que responda con “sí o no” a varias preguntas que consideran esenciales para la doctrina, como las parejas del mismo sexo y la participación de las mujeres en las decisiones de la Iglesia. El pedido del grupo de sacerdotes conservadores es visto como un desafío, antes de una gran reunión en el Vaticano, que se inicia mañana.
Cardenales de Asia, Europa, África, Estados Unidos y América Latina dijeron que habían enviado a Francisco una serie de preguntas formales, conocidas como “dubia” (“dudas” en latín).
En una carta abierta a los católicos, dijeron que habían anunciado sus preguntas “para que no se dejen llevar por la confusión, el error y el desánimo, y en cambio para que recen por la Iglesia universal”.
El Vaticano dijo que no comentaría la acción de los cardenales, otro enfrentamiento entre el Papa y los conservadores minoritarios, que le han acusado de socavar una serie de preceptos tradicionales.
Los líderes de la Iglesia llevan dos años preparando a puerta cerrada la reunión de esta semana -conocida como sínodo episcopal-, y han pedido a los católicos de todo el mundo que compartan su visión del futuro de la Iglesia.
Entre los temas que se tratarán están el papel de la mujer, una mayor aceptación de los católicos LGBT, la justicia social y los efectos del cambio climático en los pobres.
En la reunión, unos 365 “miembros”, entre cardenales, obispos, laicos y, por primera vez, mujeres, votarán las propuestas.
Cambios a paso lento
Los debates se prolongarán durante todo el mes y se reanudarán en octubre de 2024. A continuación se redactará un documento papal, probablemente en 2025, lo que significa que los cambios en la doctrina de la Iglesia, si los hubiera, tardarán mucho.
Los cinco cardenales -todos ellos conocidos críticos del Papa, con edades comprendidas entre los 75 y los 90 años y que ya no ocupan ningún cargo importante- son el estadounidense Raymond Burke, el alemán Walter Brandmueller, el hongkonés Joseph Zen, el guineano Robert Sarah y el mexicano Juan Sandoval Íñiguez.
En la Iglesia hay 242 cardenales y no estaba claro si los cinco habían pedido a algún otro que se una. Un conocido crítico de Francisco, el cardenal alemán Gerhard Mueller, no estaba entre los firmantes.
Burke dijo al National Catholic Register, una publicación conservadora, que los cardenales habían enviado al Papa previamente preguntas y que él había respondido un día después de recibirlas en julio. No satisfechos, las reformularon y las volvieron a enviar para obtener un sí o un no. Según el Register, el Papa aún no ha respondido. Una de las preguntas se refería a si las parejas del mismo sexo podían recibir bendiciones, algo que algunos sacerdotes han hecho en varios países, especialmente en Alemania, a pesar de que el Vaticano se pronunció en contra de tales bendiciones en 2021.
Error y confusión
Los cardenales dijeron que querían una reafirmación clara de la enseñanza de la Iglesia de que los actos homosexuales son pecaminosos.
También pidieron más claridad sobre la prohibición de las mujeres sacerdotes, a pesar de que Francisco, citando una sentencia de 1994 de San Juan Pablo II, ya ha dicho que la “puerta está cerrada” a esa cuestión.
Los partidarios del sínodo, entre ellos muchos cardenales y obispos, han acogido con satisfacción las consultas como una oportunidad para cambiar la dinámica de poder de la Iglesia y dar más voz a los católicos laicos, incluidas las mujeres, la comunidad LGBT y las personas marginadas de la sociedad.
Los conservadores han expresado su desacuerdo con el hecho de que muchos laicos tengan derecho a voto en lo que formalmente es un Sínodo de Obispos.
Afirman que la Iglesia debe seguir siendo una estructura jerárquica dominada por los hombres, en la que la autoridad, especialmente en materia de doctrina, debe emanar de la cúpula.
La semana pasada, las mujeres del grupo conservador Restore Tradition (Restaurar la Tradición), de Estados Unidos, denunció el hecho de que se dé a las mujeres un voto en la reunión igual al de un cardenal u obispo, diciendo que algunas de las mujeres habían defendido “doctrinas heréticas” contra la tradición.
“Queremos estar representados solo por obispos”, dijo el grupo, citando la “ley divina” de que solo los hombres pueden recibir la ordenación sacramental.
El grupo conservador internacional “Tradición, Familia y Propiedad” envió a los participantes un folleto de 100 páginas en el que calificaba la reunión de una peligrosa “caja de Pandora”. En el prólogo, Burke dice que teme que el sínodo siembre “confusión, error y división”. (Reuters)